El injerto de pepino es el tercero más ampleado en Almería, detrás del de tomate y la sandía. ¿Porqué se utiliza el injerto en cucurbitáceas?
En Publicaciones: El injerto de cucurbitáceas, de Alfredo de Miguel Torres
El uso del injerto en pepino tiene muchas ventajas, por un lado, permite obtener un mismo volumen de producción con una menor densidad de plantación, es decir, sembrando menos plantas por metro cuadrado de superficie. Según una información de Elena Sánchez en FHalmería se puede considerar que el injerto es una técnica interesante para el cultivo de pepino porque con la reducción de la densidad de plantación hay una repercusión directa para unos costes de producción tambén menores en cada inicio de campaña.
La reducción de costes no es tan solo la única ventaja del empleo del injerto, dice Sánchez en la revista, sino que también puede servir para superar el estrés del suelo, aumentando la producción. Actualmente el injerto de pepino es el tercero más ampleado en Almería, detrás del de tomate y la sandía
.
Uno de los beneficios del injerto en pepino permite cambiar los ciclos de producción, adelantar o atrasar plantaciones. A los productores el comercio hortícola actualles demanda no tan solo las producciones tempranas de alta calidad sino también alargar los ciclos en largas temporadas, a todo el año, en muchos casos.
Las dos partes vegetales del injerto se unen mediante una pinza de plástico |
¿Para qué se utiliza el injerto?
La técnica del injerto permite cultivar especies sensibles a ciertos patógenos, como el caso de las cucurbitáceas, sobre suelos infectados, utilizando el sistema radicular de patrones tolerantes o resistentes, y la parte aérea de la variedad a cultivar. Se trata de protegerse frente a enfermedades que se transmiten
desde el suelo y afectan a la raíz o a los vasos conductores de savia, llegando a producir
la muerte de la planta.
Estas enfermedades, se explica en la publicación Injerto de Cucurbitáceas de Alfredo de Miguel Gómez, se presentan, una o varias de ellas, indefectiblemente cuando se repite con una cierta frecuencia el cultivo sobre el mismo suelo, si no se realizan desinfecciones,
con fumigantes de amplio espectro, entre cultivos consecutivos.
Fatiga de suelo
La repetición del mismo cultivo da lugar a una disminución de los rendimientos y a una falta de vigor de las plantas, aún cuando no hay una causa patológica evidente. Este fenómeno conocido como “fatiga del suelo” es más acusado en sandía, melón y pepino que en otras especies de cucurbitáceas que se utilizan como portainjertos.
El injerto se utiliza también para inducir un aumento de vigor que permite disminuir la densidad de plantación en sandía, sin que ello se refleje en reducción de la cosecha. Evidentemente, la menor densidad de plantación supone una reducción paralela de los costes de instalación. Igualmente, el aumento de vigor de la planta injertada, hace posible un ciclo de cultivo más largo, o el rebrote del cultivo, conservando las características de calidad del fruto.
Como alternativa a la desinfección de suelo con productos químicos (fumigantes de amplio espectro), el injerto evita muchos problemas de residuos de pesticidas, en el suelo, en los acuíferos y en las cosechas, que ahora constituyen uno de los mayores obstáculos para la comercialización del producto.
El injerto es compatible con la producción ecológica (biológica u orgánica) y con todos los protocolos de calidad exigidos por las cadenas de distribución. Se ha popularizado en muchos países a raíz de la prohibición del Bromuro de Metilo, ya que no destruye la capa de ozono.
El injerto es una técnica barata en insumos, La mayor parte de los costes de su implantación corresponden a mano de obra.
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