PUBLICACIONES
En el prólogo de la publicación, diez años de mejora en la fertirrigación de los cultivos sin suelo, se explica que en las últimas décadas la producción hortícola intensiva en Europa se ha desplazado hacia el Sur, ocupando la franja costera del mediterráneo.
La superficie de invernaderos estimada en un estudio reciente de la Junta de Andalucía, en el litoral oriental ascendió a 31.878 hectáreas. Por provincias Almería concentra la mayor superficie (90 %) seguido de Granada (9%) y Málaga. En cuanto al modelo invernadero, la estructura tipo “Parral” ha sido la más utilizada desde principios de los años 70.
Las potencialidades del sector hortícola en el sur de la costa del mediterráneo español inicialmente gozaron de una alta rentabilidad económica de la actividad agraria en base a una inversión inicial baja en infraestructuras, el uso de mano de obra familiar, la ayuda del clima suave en invierno y un mercado europeo emergente a los productos españoles. En la actualidad, el mantenimiento de la ventaja empresarial conseguida respecto a nuestros competidores (países del Norte de África, Egipto, Israel, etc.) pasa por un nuevo planteamiento donde necesariamente hay que mejorar tanto en el plano comercial, sobre la calidad final de los productos, como en el plano de la producción, buscando alternativas sostenibles a la vez que se consigue innovar en nuevas estructuras de invernaderos y sobre una mayor formación de nuestros agricultores.
La producción comercial de “los cultivos sin suelo” se inicia en 1970 en Japón y algunos países europeos. Luego a partir de 1990, Holanda con 3.500 hectáreas es el país que más destaca. En España, Almería y Alicante lo hacen de forma significativa (91/92).
La Caja Rural de Granada inicia sus trabajos de experimentación en la E. E. La Nacla (Motril) en el año 1988, apoyando el desarrollo de la Comarca de la costa granadina, dónde no existía ninguna iniciativa de apoyo a la horticultura intensiva.
Considerando de manera global los ensayos realizados en la Finca La Nacla con una perspectiva de los últimos veinte años transcurridos, se ha realizado una aportación muy interesante en diferentes aspectos que mejoran de manera significativa la horticultura intensiva que se venía realizando. En efecto, la técnica del “cultivo sin suelo” tiene como fin obtener una mayor rentabilidad mediante la reducción de costes culturales, de mano de obra, así como una mejora de la calidad de la fruta y producción final del cultivo. De esta forma, se ha demostrado que se puede conseguir un aumento de hasta un 20% en el rendimiento final del cultivo, comparándolo sobre “cultivos en suelo” en periodos de otoño-invierno.
Otras ventajas significativas de esta técnica es el considerable ahorro de agua, fertilizantes y restricción al suelo del aporte de nitratos que se consigue con el uso de algunos sustratos como la perlita. Por otro lado, existe la posibilidad de sustituir las bolsas de sustrato cada 2-3 años por material nuevo y recuperar el agua de riego no utilizada para su aprovechamiento mediante recirculación, evitando así problemas de enfermedades y medioambientales. No hay que pasar por alto que la vida media de un invernadero supera los 30 años y la repetición de los mismos cultivos hace imposible mantener la sanidad de los suelos originales en un nivel aceptable.
Con esta publicación, el Gabinete Técnico de la Caja Rural de Granada pretende presentar un resumen de las experiencias realizadas en el E. E. La Nacla, en el periodo 2000-2010, sobre la nueva técnica del “Fertirriego en Horticultura Sin Suelo”. El resultado y conclusiones de los diferentes ensayos expuestos en la obra permitirá a los agricultores y técnicos agrícolas interesados, adquirir información necesaria para resolver las dudas planteadas de cara a dar respuesta a la situación actual creada en el plano agrícola y medioambiental, asimismo permitirá que nuestro sector hortícola intensivo siga siendo competitivo en los mercados exteriores actuales en un futuro inmediato.
Azud, Inyectores O Grrow |
Fertirriego en Horticultura sin Suelo. Los aspectos prácticos
En la primera parte de la publicación de la Nacla se define la fertirrigación, el riego, dotación, frecuencia, necesidades nutritivas de los cultivos, calidad de agua, etc.
La fertirrigación consiste en aportar los nutrientes a la planta a través, y en función,
del agua de riego. En este proceso el manejo del riego es más importante que el manejo de la nutrición. Para abonar bien primero hay que regar bien.
El planteamiento de la nutrición en los cultivos sin suelo es bastante simple. Pasa por
conocer las necesidades nutritivas de los cultivos, analizar la calidad del agua de riego y determinar, en función de estos dos factores, que fertilizantes se deben de incorporar al agua de riego para conformar la solución nutritiva que satisfaga dichas necesidades.
El riego tiene como misión principal satisfacer las necesidades hídricas del cultivo. En
los cultivos sin suelo se persigue, además, otro objetivo como es el del control de la conductividad del medio mediante la obtención de un drenaje que permita el lavado controlado de las sales del sustrato. Para una buena práctica del riego habrá que satisfacer las necesidades hídricas del cultivo adaptando las dotaciones y las frecuencias del riego a dicha necesidad.
La dotación, o volumen de agua que debe de aportarse en cada riego, depende de tres factores que están ligados a la parcela y que por lo tanto son relativamente estables en el tiempo. Esto quiere decir que la dotación de riego hay que determinarla para cada parcela y para ello habrá que tener en cuenta algunas particularidades ligadas a la misma.
Conclusiones sobre la mejora de la fertirrigación
En las otras partes de la publicación se explican las soluciones nutritivas, su cáculo y aplicaciones, el esquema del cabezal de riego, el manejo y el control de la fertirrigación. En la II parte está el resumen de las experiencias de la finca La Nacla entre 2000 y 2009.
Los autores de la publicación, Diez años de mejora en la fertirrigación de los cultivos sin suelo, que tiene 98 páginas presentan unas conclusiones en las que se dice que los resultados muestran que incluso en los cultivos sin suelo los márgenes de actuación son amplios, tanto en riego como en nutrición, y que los tratamientos testigos han tenido un comportamiento muy bueno frente al resto de tratamientos, sin apenas subidas y bajadas de CE durante el desarrollo de los cultivos.
Utilizar soluciones nutritivas con CE superiores a los testigos utilizados en estos ensayos no supone ningún beneficio en la producción y si un aumento del gasto.
La CE y los nitratos de la solución nutritiva pueden disminuirse durante la fase productiva sin merma de la producción y consiguiendo un ahorro en fertilizantes.
El porcentaje de drenaje se puede reducir de forma importante en invierno, pero no
durante todo el cultivo, lo que también supone un ahorro de agua y abono.
Alterar valores de diversos parámetros (calibre, peso medio, azúcar, calidad…) no
siempre es factible mediante la nutrición y el riego a pesar de usar concentraciones muy
extremas.
Obtener frutos con sabor es factible y económico, combinando la técnica de disminución de riego con el aporte de sales (cloruro sódico), no solo para variedades que se distinguen por esta característica como el tomate RAF, si no en otras variedades de tomate como Kumato y los tipo Cereza.
Diez años de mejora en la fertirrigación de los cultivos sin suelo
No hay comentarios:
Publicar un comentario