21.1.13

Análisis de ciclo de vida aplicado a la horticultura protegida, ACV

DOCUMENTO
María Asunción Antón en un capítulo del estudio sobre el manejo de cultivos en invernaderos que analiza "la nnovación en estructuras productivas y manejo de cultivos en agricultura protegida", una publicación de la Fundación Cajamar; publica un análisis del ciclo de vida aplicado la la horticultura protegida-

En este análisis que esta disponible en un documento PDF del enlace de esta entrada informativa de HorticulturaBlog se destaca la herramienta ambiental denominada “Análisis Ciclo de Vida”, ACV. Este concepto se utiliza con el objetivo de evaluar los daños ambientales atribuibles al proceso de cultivo de tomate bajo invernadero a lo largo de su ciclo de vida, es decir, desde los orígenes de las materias primas utilizadas hasta el final de los residuos generados.

Un paisaje en el sudeste español de horticultura intensiva e invernaderos

Como se ha visto el ACV es una metodología relativamente reciente, especialmente en su aplicación en el sector agrícola. Queda mucho camino por recorrer, pero el perfeccionamiento de esta herramienta y la difusión de sus resultados pueden ser de gran utilidad en el alcance de la sostenibilidad de nuestra agricultura, dice Antón. La autora especifica que será necesario en el futuro disponer de un cosenso de un sistema de referencia para presentar resultados normalizados, cosa que permitiría, se explica en el documento, no tan solo saber cuáles son los aspectos ambientales débiles de sistemas de producción de tomates en invernaderos, sino también conocer su gravedad.

Finca Las Palmerillas de la Fundación
Cajamar. Invernadero multitúnel
 y cultivo sin suelo
Estudios de Análisis de Ciclos de Vida, ACV, en cultivo en invernadero
Los trabajos publicados hasta la fecha muestran conclusiones claramente diferentes en función de si los estudios se llevan a cabo en el clima frío o cálido. En los países del Norte con un clima frío, la calefacción y la iluminación han sido señalados como los principales problemas ambientales. En los países del Sur, donde las necesidades de energía son más bajas, y la calefacción de invernaderos prácticamente inexistente, los fertilizantes y las estructuras tienen el mayor impacto. El trabajo de Asunción Antón publicado por la Fundación Cajamar, disponible en el enlace de “informaciones relacionadas”  tiene referencias a otros estudios sobre estos temas.

Jolliet (1993) puede considerarse como el primer trabajo, que tiene en cuenta el ciclo de vida de la producción de tomate, para la evaluación de varios sistemas de producción en invernadero en Suiza. En él se valoran varias técnicas de cultivo en invernadero: calefacción, iluminación artificial y fertilización carbónica, cuantificando así mismo el transporte hasta el punto de consumo. Los resultados muestran que la calefacción y la iluminación son las técnicas que producen mayor impacto ambiental, resultando menos contaminante la producción en el Sur, que incluye un transporte de 2.000 km hasta el punto de consumo. (...)

En la evaluación ambiental de los invernaderos en el Mediterráneo, Antón (2004), la misma autora del estudio que publica Cajamar, mostraba entonces que son la estructura del invernadero, acero y plástico, el consumo de fertilizantes, la gestión de los residuos y el uso de sustratos los aspectos más importantes desde un punto de vista ambiental.

Medina et al. (2006) utilizan la metodología de ACV para dar una visión general de los costos de energía y las cargas asociadas a la producción de tomate de invernadero en la Sabana de Bogotá (Colombia). El resultado más relevante de este estudio es el bajo consumo energético (1,11 MJ · kg-1) asociado al bajo nivel de tecnología utilizada. Asimismo, estos autores señalan el uso ineficiente de fertilizantes de nitrógeno y uso del agua y la necesidad de mejorar las estructuras de los invernaderos mediante el incremento del nivel tecnológico para mejorar la producción.

En contraste con este bajo valor, el estudio de Williams et al. (2006) identifica las necesidades de la demanda de energía para cultivar tomates en Inglaterra, 125 MJ · kg-1.  En un estudio posterior, (Williams et al., 2008), este mismo autor comparó tomate producido en el Reino Unido y España dando valores de 36 y 8,7 MJ · kg-1 respectivamente; el dato correspondiente a España incluye el transporte desde el Sur de España a Reino Unido, resultados acordes a las conclusiones expuestas en el trabajo previamente citado de Jolliet (1993).

Pese a que no es propiamente un trabajo de ACV, el documento citado extensamente de Stanhill (1980) también proporciona valores similares, 7 Mj·kg-1 para un invernadero sin calefacción en Israel con un rendimiento de 20 kg ·m-2 y 137 Mj · kg-1 en invernadero con calefacción en el sur de Inglaterra, con una rendimiento de 21,3 kg·m-2, que se puede considerar una baja producción.

Ensayos de tomate en invernadero de cristal en Holanda
Relacionados con las estructuras de los invernaderos hay algunos estudios que muestran que las estructuras más complejas de aluminio y vidrio tienen un impacto ambiental mayor que las de tipo multitúnel de acero y plástico, que a su vez es mayor que de las estructuras más sencillas (madera y plástico) (Russo et al., 2004). En un estudio llevado a cabo en las Islas Canarias (Torrellas et al., 2008), muestran que en un invernadero multitúnel, la producción debería doblar a la del invernadero parral, con el fin de justificar dicha inversión desde un punto de vista ambiental. Otro punto ampliamente estudiado es el uso de sustratos y recirculación y comparación de los cultivos con y sin suelo.

Un proyecto europeo reciente EUPHOROS (2008-2012) ha utilizado el ACV para analizar extensivamente los aspectos ambientales de cuatro escenarios europeos de referencia y estudiar alternativas de mejora. Estos cuatro escenarios son tomate producido en invernadero multitúnel en Almería, tomate producido en invernadero Venlo en Holanda y Hungría y cultivo de rosa cultivado en invernadero Venlo en Holanda. Mientras que para los tres últimos el consumo de energía es el aspecto prioritario, en el caso del invernadero mediterráneo, de manera global se observa que los subsistemas de producción de los diferentes materiales de la estructura y equipo auxiliar y la fabricación de los fertilizantes, resultan las fases con mayor impacto ambiental.

Invernadero tipo parral en Almería
El estudio de diferentes alternativas como reducción de fertilizantes, reducción del volumen de sustrato, prolongación de la vida útil del invernadero y el aumento del uso de energías renovables puede permitir reducir entre un 17 y 30 % el impacto del cultivo de tomate para las categorías de impacto ambientales estudiadas.

Aplicación ACV en invernadero Mediterráneo
Los autores del estudio presentan una serie de conclusiones por lo que respecta al análisis
ambiental del cultivo en invernadero y señalan que el equipamiento de infraestructura, los materiales utilizados en la construcción del invernadero, y sus tiempos de vida útil relativamente, el usos de los materiales reciclados y reciclaje de residuos son factores importantes a considerar.

El subsistema de fertilizantes es otro de los temas susceptibles de mejora ambiental. La reducción del uso de éstos pasa por el ajuste entre el aporte y el consumo, así como el empleo de sistemas de recirculación. Actualmente, para evitar deficiencias nutritivas o acumulación de excesos salinos, se suelen realizar aportes excesivos de fertilizantes y agua. La gestión de los residuos debe considerarse prioritaria en la mejora ambiental del cultivo en invernadero.


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Manejo de cultivos en invernaderos.
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El PDF completo del estudio de María Asunción Antón
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