Ensayos en la Estación Experimental de la Fundación Cajamar en Almería
Finca Las Palmerillas de la Fundación Cajamar |
En cuanto al entutorado se han comparado tres tratamientos, el tradicional de subida hasta el alambre y caída hasta llegar al suelo con una densidad de 1,33 tallos cada metro de invernadero; en otro caso el mismo tratamiento y con una plantación de 2 tallos cada metro y una tercera opción con el sistema de descuelgue con perchas en el que la planta siempre va con sentido ascendente en el que se ha mantenido una densidad de 2 tallos por metro de invernadero.
Descuelgue con perchas
Según los ensayos de Las Palmerillas, el descuelgue con perchas provoca un incremento en la producción comercial. Se obtuvieron 28,4 kgs de tomate por cada metro de invernadero frente a 18,8 k del descuelgue tradicional con 1,33 tallos por metro y 21,4 del sistema tradicional a 2 tallos por m. Además, señala el informe de resultados de la finca experimental, el aumento de la producción por el sistema de perchas es con un 74% de ramos de tomate de 1ª categoría.
Tomando en consideración las fechas de las plantaciones se determinaron también los ingresos de cada sistema y se determinó que no sólo se produce más sino que lo hace en épocas de mayor interés económico. Si bien este sistema conlleva un mayor gasto en mano de obra, un trabajador más cada hectárea, la mejora de la rentabilidad es una opción muy aconsejable para los tomates en invernadero, dicen en sus conclusiones los autores del ensayo.
Imagen de un interplanting en invernaderos Abogue de México |
En la finca de Las Palmerillas se evalúa uno o varios tipos de invernaderos que permitan optimizar algunos aspectos del microclima en los invernaderos de plástico para aumentar producciones y calidad en la región Mediterránea. Se trata de aumentar el volumen y mejorar por tanto la inercia térmica y por otro lado, la hermeticidad frente a las plagas.
En uno de los ensayos en el que se incorporó enriquecimiento carbónico se compararon 3 estrategias de producción de tomate. Una con un único ciclo (habitual en Almería) al que denominan como ciclo largo, una segunda opción de doble ciclo, dos plantaciones una de otoño y otra de primavera. La tercera, es la conocida como interplanting, ambos ciclos conviven durante una parte del cultivo, y se realiza el segundo transplante sin eliminar el primero. Se solapan dos cultivos de ciclos más cortos. El objetivo es que el invernadero produzca tomates de forma más continua.
Los resultados muestran que la alternativa con mayor producción es la del interplanting (46,9 kilos cada metro cuadrado), segunda de la del doble ciclo (39) y en último lugar el ciclo largo (31,4)
En la documentación de estos ensayos están publicados los costes de producción de ambas alternativas de plantaciones, las que consideran los ciclos de cultivo y el descuelgue con perchas.
La publicación de la Fundación Cajamar que recoge los ensayos es la que corresponde al “Análisis de la campaña hortofrutícola de Almería, 2010”
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