En las regiones de climas suaves, con la ampliación de los programas de cultivo, las plantas tienen épocas que pasan frío y a la vez, sufren excesos de calor.
“Aquí cultivamos en una época muy complicada” dice Jose Carlos Jiménez de Fitos Almagrera del Paraje Hoya del Gallego situada en el bajo Almanzora al noreste de Almería en España y dónde hay una de las mayores extensiones de cultivo de lechugas de invierno al aire libre en Europa. “Repetimos cultivo en las mismas tierras, y necesitamos usar productos especiales que sean correctores de la salinidad, también fitofortificantes de las plantas, ácidos húmicos, y el aporte de microelementos en los abonados de todo el año.
En plantaciones como lechugas o bróculis, también en cítricos, los fungicidas y plaguicidas tradicionales tienen dificultades de uso por los límites de residuos que impone el consumo moderno de alimentos en fresco. Estas nuevas exigencias del mercado se resuelven con productos fabricados a base de microorganismos de extractos vegetales que atacan enfermedades y plagas, incluso con efectos estimulantes a la planta.
Un caso de plantas débiles, cuenta Jiménez; los excesos de calor y cambio brusco del clima, en un la fase de planta joven la amenaza es enorme de perder el cultivo. Este técnico ha participado en casos con riesgo real de peligro de pérdida de toda una extensa plantación, de todo un cultivo, y ha arriesgado empleando tratamientos de ácidos húmicos con dosificaciones rayando en lo excesivo utilizados en el riego por goteo y así salvar el cultivo.
