Flores en Africa; una imagen de photaki.com |
Durante siglos, las flores han tenido una gran influencia en nuestro entorno vital, se dice en un capítulo de la publicación “harvesting the sun” de la ISHS, International Society for Horticultural Science. En el siglo primero, los romanos ya tenían un comercio de flores muy desarrollado, manipulaban las plantas para que florecieran fuera de la temporada y para ello, utilizaron agua caliente obtenida de un lugar centralizado y que se usaba para baños de calor y en invernaderos.
Actualmente la producción moderna de flores está concentrada en pocos países. El 77% de las flores cortadas del mundo se cultivan en Holanda, Colombia, Ecuador y Kenia (2009). Los principales consumidores de las flores de los productores de estos países están en Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Francia y en la propia Holanda.
Actualmente, los actores emergentes en el comercio internacional de flores son la India, China, Corea del Sur, Malasia, Malawi, México, Palestina, Perú, Sudáfrica y Zambia. Etiopía se desarrolla rápidamente ampliando cuota de exportación de flores. Han incrementado su volumen cinco veces entre 2006 y 2008. China tiene la intención de ser otro importante jugador y hace grandes inversiones utilizando fondos gubernamentales para la industria de las flores, informa “harvesting the sun” de la ISHS.
Estos países cuentan con buenas condiciones climáticas, pero se enfrentan a largas distancias de transporte a los mercados. Por otro lado, Israel cuenta con experiencia de muchos años en la producción de flores y, como Holanda, se enfrenta a la competencia de los nuevos países emergentes.
A pesar de los nuevos exportadores, en 2009, el 48% de las exportaciones de flores cortadas, bulbos, verdes de corte y plantas vivas fueron de los holandeses. En 2009, Holanda importa por valor de $ 1.8 mil millones en estas categorías y exporta 8,3 mil millones de dólares.
El comercio mundial de flores alcanza los 17 mil millones de $, con este reparto:
• Flores cortadas (frescas o secas) $ 7,3 mil millones
• Plantas vivas y esquejes $ 7,3 mil millones
• Bulbos, tubérculos y bulbos 1,5 mil millones
• Follaje $ 1,2 mil millones
($ dólares norteamericanos)
Las flores viajan en avión y la tecnología poscosecha tiene extraordinaria importancia
Las flores son difíciles de transportar a largas distancias. Los países productores están lejos de los mercados y hacen frente a los altos costes del transporte aéreo para llegar a los consumidores.
Por ejemplo, el costo del flete aéreo, comercialización, manejo y embalaje en Europa representan el 50% de todos los costos de Kenia y el 62% para Uganda.
La fiabilidad de las conexiones aéreas es un factor de riesgo adicional para los exportadores ubicados lejos de su principales mercados.
Imagen de un blog de Medellín |
Para cultivar flores con éxito es necesario que las semillas, bulbos y esquejes sean los adecuados. En las plantaciones se cuidan de forma extraordinaria los factores físicos tales como la abundancia de agua, el suelo limpio (hay opciones de cultivo hidropónico), buen clima y alta intensidad de luz.
La industria de la floricultura es intensiva en capital, tiene altos costes para invernaderos e infraestructuras equipamientos como la fertirrigación y control del clima, y, altos niveles de capital de trabajo. Las flores necesitan mano de obra productiva, una gran cantidad de conocimientos en las técnicas de cultivo, manejo muy bueno y una infraestructura de primera clase, incluyendo sistemas poscosecha, controles de temperatura en transporte y almacenes fríos.
También es necesaria la utilización de fitosanitarios, el control del clima y otros productos químicos para asegurar la calidad de las plantas a lo largo de todos los procesos de producción y poscosecha.
Todo esto, en la llamada floricultura, exige una buena gestión y organización. La respuesta de los horticultores establecidos en los países que producen flores significa un desafío para la agricultura de un país en desarrollo y, todo ello, se transforma en un uso más intensivo de la tecnología y la ciencia hortícolas, en las otros actividades económicas de la industria hortícola moderna, como son los viveros, o la producción de frutas y flores.
La clasificación en categorías de las flores se hace manualmente y por ejemplo para claveles, crisantemos o rosas, está siendo sustituída por clasificación mecánica, equipos digitales de visión por imágenes, y se controla, el uso de la luz, la temperatura y el agua. En la calefacción de los invernaderos el gas natural ha reemplazado el carbón y al petróleo. Las nuevas variedades de flores tienen características que permiten a algunas especies crecer en condiciones invernales.
Un ejemplo es la rosa cultivada en los invernaderos de Holanda - convertida en una planta y flor, muy sofisticada - cultivada de forma informatizada, utilizando altas cotas de automatización en los invernaderos y los productores deben hacer grandes inversiones. Estas tecnologías, significan el mejor exponente de la actual industria hortícola moderna, cada vez más lejos de la capacidad de una horticultura familiar.
La influencia de los supermercados como canales de ventas para las flores
Las flores se siguen vendiendo a través de los medios tradicionales: los vendedores en los mercados y en la calle, las floristerías, artesanos del arte floral, los centros de jardinería y los supermercados. En algunos países los supermercados dominan el comercio. Ejemplo de ello es Suiza, en donde las dos cadenas de supermercados en conjunto, Migross y Coop, representan el 60 y el 70% de todas las ventas, y el Reino Unido, con una cuota de las ventas de flores en los supermercados aproximadamente del 40%.
Lo que es cierto es que desde Israel al Reino Unido y desde Holanda a los Estados Unidos y Alemania, las cadenas de supermercados apuntan al comercio de flores con planes “de expansión” para sus tiendas.
Los supermercados prefieren comprar grandes cantidades de flores a través de contratos a largo plazo y directamente a los productores más reconocidos. La compra directa es el camino más corto desde el productor hasta “el minorista organizado” y al consumidor. La compra directa permite a los supermercados tener certeza de qué hacen los productores, en cuanto a la especie cultivada, variedad y calidad, las condiciones de poscosecha y logística de las flores que se venden, las preferencias de packaging y las ofertas para tipos de tiendas y de clientes.
Los productores africanos de flores son capaces de cultivar grandes volúmenes y están dispuestos a vender directamente a un precio acordado. Esto les convierte en proveedores atractivos para los supermercados. Los floricultores africanos parecen ser los principales beneficiarios de este cambio en los hábitos de compra. Los supermercados están interesados en las flores africanas, porque son baratas y sus productores están dispuestos a aceptar compromisos muy ajustados.
Para los productores, el acuerdo tiene su atractivo porque los supermercados compran grandes cantidades a precios fijos. Para cumplir con su parte del trato, los floricultores africanos deben invertir en métodos de producción óptimos. A menudo, esto incluye inversiones en invernaderos, la ventilación forzada y calefacción y, en todo caso, mucha atención a la calidad.
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