OPINAR

22.2.13

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Los Cap i Cua

OPINAR. en este blog debiera procurar no hacerlo mucho. Lo cierto es que durante unos años como editor de la revista Horticultura publiqué una columna que en aquel entonces llamamos Cap i Cua, ahora en la revista, que publica el grupo Interempresas, sigue apareciendo esta colaboración con el mismo nombre.

En este enlace están estos Cap i Cua. Hace algo más de un año en uno de ellos titulado 300 horticulturas, publicado en el número 300 de la revista Horticultura, me preguntaba ¿cuáles eran los retos en la industria hortícola?, ¿cuáles son las propuestas? En el modelo de producción hortícola mediterránea, no hay porqué cambiarlo todo. La información, la que contienen las páginas de las revistas profesionales como las de Horticultura, o los otros medios de información on line, ayudan a los productores a diversificar plantaciones, modernizar una parte de los modelos de invernaderos o de la fertirrigación, o, incluso, ampliar sus planes de negocio.

A mí me parece que ya se está produciendo una considerable innovación en la oferta. Innovar en frutas y hortalizas, como ha ocurrido con la floricultura y las plantas de vivero, será beneficioso para productores y comerciantes, decía. En otras industrias alimentarias, como la cárnica, panadería, lácteos, lo saben hacer muy bien. La gente no quiere comer siempre lo mismo. Si los productores optan por diversificar su oferta de tipos y variedades de frutas y verduras, el comercio, también las cadenas de supermercados, se verán obligados a escoger cual quieren que sea el estilo de la categoría en su enseña. Los precios bajos son la ruina de los productores.

Para los alimentos en fresco, en las frutas y verduras, hay oportunidades para la renovación, innovación y de competencia en la distribución tradicional con nuevos formatos en los canales de venta.

Hay una certeza, y es que por toda Europa se han producido cambios en cuanto a la procedencia y en los formatos de distribución de alimentos del campo a la mesa. También hay cambios en las tendencias por las formas de consumir las frutas, hortalizas, flores o plantas de vivero. La alternativa de no abrazar estos cambios es arriesgada.

Como editor de la revista Horticultura, la gente me preguntaba, ¿porqué en una revista para productores, con informaciones de riego, fertilizantes, invernaderos, fitosanitarios y abonos, semillas y plantas de vivero, flores, etc; opinas tanto sobre comercio?

Cuando comenzó a editarse en España la revista Horticultura, los productores se preocupaban casi solamente de llevar sus frutos a los mayoristas. En los años 1960 a los 80, los productores sabían bien poco qué pasaba con sus verduras en las tiendas lejanas. Desde entonces la cadena de suministro se ha modernizado, organizado en grupos económicos y concentrado en un número limitado de enseñas. Estamos en una situación de productores desorganizados y con la demanda concentrada.

Mi intención en la edición de Horticultura era la de llamar la atención de los productores, en el sentido que debían saber mucho más sobre sus clientes, sobre los consumidores, y sobre aquellos que les distribuyen las frutas, hortalizas o flores que ellos producen, los mayoristas y las cadenas de supermercados o las tiendas del comercio tradicional, igual de su propio país como de los mercados lejanos. Por todo ello me gustaba informar y opinar sobre comercio, en una revista que dirigíamos a los productores.

Esta forma de entender las informaciones de las actividades económicas relacionadas con la Horticultura me llevó a desarrollar otras iniciativas promoviendo o co-organizando, libros, congresos o fórums, asociaciones y otras actividades. Actualmente en mis Cap i Cua, que sigo haciéndolos, puedo explicar aquello que veo o me cuentan