20.8.12

¿Qué hacen las tiendas con los alimentos caducados?

INFORMACION
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en España ha realizado un estudio titulado “El sector habla,  ¿qué hace la distribución con los alimentos caducados?".Tratan de medir el clima de confianza de los implicados en los procesos de comercialización de productos agroalimentarios, productores, industria, distribución y consumidores.

Imagen de Food Chemical Blog
En el estudio han utilizado datos recabados durante los primeros seis meses del presente año a 700 distribuidores españoles.  La verdad es que se sabe poco de los datos recogidos. Este verano noticias periodísticas han informado como algunas cadenas de distribución españolas han tirado grandes cantidades de comida a contenedores de basura que están en recintos cerrados bajo llave.

La revista Ediporc cita, en una información recogida por el grupo de escritores agrarios Agropres, a reponedores de un centro de distribución que han explicado cómo se ha llegado a desechar un pack de tres zumos porque uno de ellos estaba deteriorado, a pesar de que los otros dos estaban en perfecto estado; los responsables del centro no permitían que nadie “se beneficiara” de los dos zumos y terminaban irremediablemente en la basura, lo mismo sucede con otros productos envasados. “Con respecto a los productos frescos como frutas y verduras, se nos caería el alma al suelo si conociéramos realmente las cifras de lo que se tira a los contenedores”, dicen estos informadores. A mi parecer, como redactor de Horticulturablog, un porcentaje relevante de las grandes montañas de ofertas en graneles de frutas y verduras en hipermercados y supermercados, va a los contenedores de desperdicios.

Caducidad, consumo preferente, fecha de recolección
El 87% de los distribuidores de alimentos españoles aseguran revisar personalmente la caducidad de los productos, se dice en la encuesta oficial, un 27% utiliza como método de supervisión los sistemas informáticos que les indican la entrada del producto y su proximidad a caducar. El estudio parece que no aclara qué porcentaje corresponde a producto fresco o de caducidad reducida, y qué porcentaje corresponde a productos que pueden permanecer varios meses en las estanterías, según Ediporc

¿Qué hacen para determinar la caducidad de los alimentos en las tiendas del comercio organizado? La mayoría actúan según lo establecido por la ley, otros se basan en la tipología de los alimentos, un último grupo dice que se basa en la seguridad microbiológica, la textura, el aroma y el aspecto del producto. (¿?)  La mayoría de los lectores de este blog habrán acudido a un centro de distribución y podido observar como algunos alimentos, (de los comercializados en fresco) se presentan en unas condiciones pésimas, pasados de madurez, deteriorados, etc. En el caso de frutas y hortalizas, como ni los productores ni administración parecen no querer cuidarse de ello, cuando el alimento se deteriora, en las tiendas o los tiran o les bajan el precio, contribuyendo a magnificar la imagen de “precios aún más bajos”.

A pesar de que el análisis realizado por el ministerio español de agricultura pretende mostrar un buen resultado en el Barómetro del Clima de Confianza del Sector Agroalimentario, lo cierto es que no tenemos confianza en los resultados, dice Ediporc, y por mi parte opino lo mismo.  Es como si le preguntáramos a un frutero si las ciruelas que comercializa son buenas, la respuesta es obvia, no te va a decir que no, de lo contrario podría retirarse de su profesión. Otra cosa es que, como el frutero, nos pueda engañar una vez, pero no habrá una segunda, ya que no adquiriremos sus productos. Quizás sería interesante, opina el informador de la revista, realizar un trabajo de recogida de la información para este tipo de estudios, de una forma discreta, sin que los encuestadores puedan ser identificados, y así comprobar técnicamente qué hacen realmente todas las cadenas y distribuidores con los alimentos, ya sea por su próxima caducidad, por la falta de una unidad en un pack o por otras razones, posiblemente los datos, cambiarían.

¿Y si tomo un yogur caducado?
Lo peor, se dice, es que no importa tirar los alimentos, las mermas ya están calculadas y cada consumidor paga por ellas al comprar un producto. El informe Global food losses and food waste (Pdf), publica datos de interés, sobre esta situación y de los millones de toneladas de alimentos que se tiran a la basura, el tipo de pérdidas, la diferenciación entre residuos alimentarios y pérdidas alimentarias de todo tipo, etc.

En el reportaje ¿y si tomo un yogur caducado? del periódico de mayor influencia de España, María R. Sahuquillo, explica que en época de vacas flacas en la cesta de la compra todo se mira. Y se estira al máximo. Incluso con ésto, las cifras del derroche son alarmantes: España tira 7,7 millones de toneladas al año de alimentos perfectamente comestibles. Según Eurostat, 163 kilos por persona.

En la información alimentaria hay confusión. Por ejemplo con la fecha de caducidad y de consumo preferente. En las frutas y hortalizas en fresco, la confusión es total, lo que informan las cadenas, es ínfimo, nulo, nada.  A los productores de estos alimentos casi parece no interesarles establecer un diálogo con los consumidores. Y ésto que estamos en la era de la información y éstos productos llevan trazabilidad desde el campo.

Una quinta parte de los europeos no conocen la diferencia entre fecha de caducidad o de consumo preferente de los alimentos y en las frutas y hortalizas en fresco en ninguna parte se informa de las fechas de recolección, con la excepción de los alimentos mínimamente procesados, aquellos llamados de la IV y V gama en dónde sí se indica fecha de caducidad.

Comerse un alimento caducado es un riesgo. Una lotería para los alimentos comercializados en fresco, porque a partir de determinada fecha, marcada o no, pueden proliferar en el producto agentes infecciosos que en el momento de iniciarse la distribución estaban en una concentración inferior a la mínima. Por tanto, si no hay fechas de recolección ni de consumo preferente, los responsables de su seguridad alimentaria debieran ser los vendedores minoristas, creo yo.

Como explica Alfonso Carrascosa, del CSIC, a la periodista de El Pais, hay productos más perecederos que otros (...) los alimentos más sensibles son aquellos con mayor contenido acuoso, lo que puede generar el desarrollo microbiano, le dice el experto.

En la cadena de suministro el gran derroche se hace en la nevera de los consumidores y de los bares y restaurantes, que generan el 42% del total de comida desperdiciada. La información del estudio del ministerio español de agricultura indica que casi las cuatro quintas partes de las tiendas distribuidoras de alimentos retira de la venta los alimentos “por las fechas de caducidad” y solo una quinta parte dona esta comida a las ONG’s de “bancos de alimentos” … Para ciertos alimentos con fecha de caducidad determinada y para productos frescos el actual porcentaje de desperdicio es … un despilfarro intolerable.

En frutas y hortalizas, "fresher for longer"
El desafío actual en el comercio de frutas y hortalizas es conseguir  que se mantengan en su calidad máxima durante más tiempo manteniendo la apariencia de frescura y el sabor. "Del huerto al consumidor no deberían pasar las 24 horas", creen los productores de IV gama en California.

“Fresher for longer” (fresco + tiempo), tiene un significado para los técnicos en  I+D+i de la poscosecha. Pues no se trata de que los productos frescos duren más días, sino que mientras “estén” a la venta o en la nevera del consumidor, estén mejor. Que la textura y el sabor lo tengan durante “todos los días de su vida”. De hecho, en las frutas y hortalizas en fresco, según los expertos en poscosecha, sus propiedades saludables y nutritivas tienen más valor cuando sus fechas de consumo están próximas a las de la recolección.

La horticultura es una oportunidad para la economía de los españoles y es un segmento que tiene un tamaño de 1/3 parte de la agroalimentación española. Según el Fepex, como conjunto de productos, las frutas y hortalizas son el sector que más valor aporta, después del turismo, a la balanza comercial española. La categoría de las frutas y hortalizas en alimentación debiera dejar de ser aburrida, mirar menos los precios, ampliar la oferta y conquistar las necesidades de los clientes.


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