Estas técnicas regeneran la vegetación más rápido y protegen frente a la erosión de la superficie, dicen los técnicos de los servicios medioambientales de Grupo Projar
INFOMERCIAL
Grupo Projar propone sistemas de proyección de sustrato para recuperar zonas forestales incendiadas
Grupo Projar propone la hidroproyección de sustrato para trabajar en la recuperación de zonas quemadas. Algunas de las ventajas en la utilización de esta técnica, frente a las tradicionales repoblaciones forestales, son que protegen frente a la erosión, no se daña el suelo durante su desarrollo y permiten actuar de manera inmediata.
Los sistemas de proyección de sustrato consisten en lanzar sobre la superficie quemada una mezcla de fibras de madera, semillas y otros componentes que favorecen el desarrollo de vegetación y la regeneración del suelo. De este modo se crea una corteza en el suelo que lo protege de los procesos erosivos y las primeras lluvias hasta que la vegetación se desarrolle. Además, las simientes aportadas germinan por toda la superficie, regenerando la flora más rápidamente que con una repoblación. También se incorporan en la proyección principios que favorecen la retención de agua y disminuyen la insolación directa sobre el terreno.
Estas proyecciones se pueden realizar por vía aérea, mediante avión o helicóptero, o a través de mangueras conectadas a una cuba. Con ello se evita la erosión que provocaría el paso de maquinaria pesada a la zona incendiada. Asimismo, se trata de un proceso muy rápido que permite actuar sobre la superficie quemada de forma inmediata, antes de que se produzcan los primeros procesos erosivos.
Para Grupo Projar se trata de una técnica más beneficiosa que las tradicionales llevadas a cabo en España consistentes en la extracción de los ejemplares quemados y la plantación de especies forestales de pequeño tamaño, protegidas para evitar el daño de los animales. Los sistemas clásicos no protegen el 100% del área tratada frente a la erosión y esto tiene como consecuencia la pérdida de suelo fértil y de la capacidad de regenerar nueva vegetación por medios propios.
Como explica Francisco Pérez, director de Servicios Medioambientales de Grupo Projar, “es necesario que en el sector forestal nos subamos al tren de la innovación en sistemas de regeneración post-incendio y no nos quedemos anclados en las mismas técnicas que se utilizaban en el siglo pasado”. “No creemos que estos sistemas deban sustituir por completo a las repoblaciones forestales- añade- pero es una medida con resultados demostrables, de uso generalizado en otros países, que debe integrarse en los planes de restauración hidrológico-forestal”. “Es importante actuar de forma rápida porque con el paso de los meses van aumentando las posibilidades de pérdida de suelo fértil por procesos erosivos”, afirma.
Repoblación forestal, plantanción clásica |
Existen otras técnicas que permiten limitar la erosión y regenerar la flora de las superficies quemadas. Pueden aplicarse combinadas o de manera individual, según las necesidades de la zona y el estudio de recuperación hidrológico-forestal que determinen qué tratamientos son los más adecuados.
Algunos de ellos son:
- Hidrosiembra: Se proyecta con maquinaria específica una mezcla de sustrato, semillas y agua que permite el desarrollo de una capa vegetal sobre la superficie afectada.
- Mantas orgánicas: Se trata de mallas de fibras naturales que se colocan sobre los taludes. De este modo los protegen y, al descomponerse, los enriquecen, favoreciendo el desarrollo vegetal.
- Hidromanta: Consiste en la aplicación de una capa de compuesto que contiene fibra de madera, retenedores de agua, etc. y permite un desarrollo de vegetación rápido.
- Biorrollos: Se aplican rollos de fibra de coco en taludes o riveras de río para contener los sedimentos y servir de soporte para la vegetación.
- Retenedores de agua: Garantizan el suministro hídrico del arbolado, fundamental en las fases de crecimiento del árbol.
- Protectores de árbol: Son elementos tubulares o rectangulares que se colocan alrededor de la parte baja del árbol y lo protegen de los animales.
Grupo Projar
Grupo Projar nació en 1972 para dedicarse a la extracción y comercialización de turba, material orgánico que se emplea como combustible y para la obtención de sustratos. El crecimiento de la compañía ha sido constante y en los años 80 abrió dos centros logísticos en Almería y Murcia. Actualmente cuenta con instalaciones en Valencia, Madrid, Almería –fábrica y centro logístico-, Málaga, Lisboa y un centro logístico en Barcelona.
Es también una empresa con presencia internacional y actualmente está constituida como sociedad en Sri Lanka, en India y en Brasil. Además Projar adquirió hace unos años la empresa de paisajismo Paimed, para completar su oferta de servicios. El conjunto del grupo logró en 2016 una facturación superior a 26 millones de euros y cuenta con 230 empleados.
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