- Las actividades de producción y distribución de frutas y hortalizas, ¿están instaladas en un círculo de confort?
La frase “sembrando calidad y exportando salud”, pronunciada por Ana Molina Jiménez, farmacéutica y nutricionista de Coexphal, Almería, España, es uno de los conceptos de su visión acerca de la importancia que tiene el consumo de frutas y hortalizas en la salud, así como un anuncio para el sector agroalimentario para conocer y destacar mejor los componentes terapéuticos que poseen sus productos, su repercusión sobre la salud y posibles potencialidades para las acciones de venta y así, competir con un mercado que demanda “aspectos saludables” como factor de valor en la compra de alimentos.
No sé, si Ana Molina, estaría de acuerdo, pero por parte de HorticulturaBlog creemos que aún quedan estrategias para establecer y corregir malos hábitos en las tareas de información sobre las propiedades nutritivas y saludables de las frutas y hortalizas, en la distribución minorista de las frutas y hortalizas y en el canal foodservice.
Los productos destacados de la horticultura comestible que se cultivan generalmente en invernaderos tienen todos ellos propiedades beneficiosas para la salud. Ana Molina, durante esta intervención citada en las conclusiones del VII Seminario Técnico Agrónómico organizado por Cajamar en Almería, describe estas propiedades, AQUI, sobre el tomate, pimiento verde, sandía, berenjena, calabacín y melón.
Miguel Angel Domene Ruiz, explicó en el mismo seminario que el equipo de biotecnología agroalimentaria de la Estación Experimental Cajamar Las Palmerillas, introduce en sus servicios de poscosecha la determinación de calidad interna, nuevos parámetros de calidad (proteínas, azúcares totales, lípidos, fibra, ceniza, contenido mineral en macro y microelementos, polifenoles totales, carotenoides y vitamina C) que puedan arrojar diferenciación o demostrar la eficacia de un determinado tratamiento cuyo objetivo es aumentar la calidad nutricional de una hortaliza o fruta concreta. Según Domene, para productores y empresas de comercio, el interés en la determinación de estos parámetros es triple: social, agroalimentario y técnico científico.
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| El profesor Jesús Cuartero |
Jesús Cuartero, profesor de Investigación del CSIC, del Instituto de Hortofruticultura Subtropical
y Mediterránea La Mayora de Málaga, ha trabajado muchos años en determinación de calidad de cultivares de tomate. En esta intervención en el seminario que se relata informó sobre sus estudios de “el tomate como fuente de sabor y de salud” y puso de manifiesto una de las principales quejas del consumidor de tomates en cuanto a la actual pérdida de sabor, que se debe a la selección de plantas de tomate en las que se ha primado el carácter “larga vida”, junto a prácticas culturales centradas únicamente en aumentar la producción dejando a un lado el sabor.
Según Cuartero, se pueden producir tomates de alta calidad, tanto gustativa como nutricional. Pero esto no basta, después hay que venderlos, dice el profesor.
Rentabilizar los cultivos de invernadero
Por su parte Ignacio Escobar, ingeniero jefe de la Estación Experimental La Nacla de Caja Rural de Granada, España, realizó en el mismo seminario una propuesta de mejora para rentabilizar el cultivo de hortalizas bajo invernadero para el siglo XXI
Ignacio Escobar es partidario de hacer evolucionar a tiempo el modelo productivo, de los actuales cultivos en invernaderos de Murcia, Almería y Granada, basados hasta ahora en una enorme cantidad de hortalizas, pero de bajo precio y con un incremento de la competencia de otros países que compiten en el mercado europeo con precios inferiores a los españoles. El mercado europeo, después de 50 años, de premiar a los extratempranos, ahora demanda mejores calidades. Se han alcanzado las exigencias de calidad en el aspecto externo (tamaño, color, envase, etc.) que el mercado requiere. Pero por otra parte, “se puede avanzar bastante en lo referente a la calidad interna, tanto gustativa como nutricional”, dice Escobar.
Uno de los temas que se debatieron en este seminario tuvo como protagonista “el riesgo ante
los cambios”, el “círculo de confort” en el que productores y comercio de frutas y verduras, están instalados. Los comercializadores defendieron estrategias centradas en responder a las demandas actuales de los consumidores. Por su parte, los científicos mostraron sus teorías para anticiparse a las necesidades del consumidor, que exige información clara, concisa y útil en los productos.
Jesús Cuartero sugiere que el consumidor todavía no demanda un etiquetado nutricional, en las frutas y hortalizas, y para ello, habrá que investigar y anticiparse a las necesidades de los compradores de las tiendas, no tan solo satisfacer las inmediatas. Ante esto, Ana Molina puso como ejemplo a los lácteos, y en particular la leche enriquecida en omega 3, un claro ejemplo de cómo, tras estudiar los beneficios de este compuesto, la industria lechera se anticipó al consumidor en sus demandas.
La calidad hay que venderla
David Murcia remarcó el hecho de tener que introducir elementos que nos diferencien de otras zonas productoras y que éstos no sólo deben ser el producir hortalizas libres de residuos sino que también puede ser el sabor. Desde Andalucía, con grandes producciones de tomates podrían introducirse elementos diferenciadores. Durante los últimos decenios, la Greenery, en Holanda y otras compañías como Saveol o Prince de Bretagne, en Francia, han demostrado como con marketing y merchandising podían segmentar el mercado de tomate por calidades en la distribución europea, de frutas y hortalizas. Ahora dice Murcia, hay necesidad de trabajar en equipo desde la empresas de semillas hasta el supermercado, para ofrecer hortalizas con mejor sabor, insistiendo en la necesidad de garantizar una calidad organoléptica de una forma estable todo el año. Sin embargo, otros participantes del seminario, se decantaban tan solo por la mejora vegetal como línea eficiente de llegar a obtener unos nuevos estándares de calidad.
En la opinión de los redactores de HorticulturaBlog, en el comercio hortícola no se trata tan sólo de utilizar marcas de acompañamiento, siendo éstas aconsejables, como el espléndido mensaje de 5 al Día, o de las DO e IGP, aunque sin embargo creemos menos en la marca “pais”. De lo que se trata sin discusión, como opinión repetida en HorticulturaBlog, es aprender a “contar historias”, “saber qué decir” y cómo explicárselo a los clientes de las tiendas o hacerlo a través de sus prescriptores, la gente de la gastronomía.
Nuestro reto, debe ser satisfacer las futuras exigencias de los consumidores, mantienen los ponentes de este seminario y “no solo exportar kilos, sino exportar salud”, y tenemos la oportunidad de ser pioneros en el mundo en incorporar estos atributos de calidad organoléptica y funcional a nuestras estrategias de marketing y comercialización, que por un lado nos doten de elementos diferenciadores de otras zonas productoras y, por otro, que permitan posicionar nuestros productos en el supermercado colaborando en la promoción del aumento del consumo de frutas y hortalizas.
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