Invernadero sano
Rik Nijland, autor del artículo ilustrado con la foto que también muestra esta entrada en el blog, indica que sobre los años 20 del siglo pasado, los productores hortícolas recibieron de los investigadores guías para poder reconocer las enfermedades que afectaban a sus plantas y proceder en consecuencia. Poco cambió esto en todas las décadas transcurridas. El proyecto “El invernadero sano”, que se lleva a cabo en la Universidad de Wageningen, trabaja en el desarrollo de un robot como el de la ilustración, provisto de cámara que mide la fluorescencia, de una nariz electrónica y de mecanismos para tomar muestras de hojas y poder analizar su ADN.
Ante el ataque de un patógeno, la fluorescencia de la hoja cambia mucho antes que pueda detectarse nada con la vista. La nariz electrónica debe permitir medir volátiles que aparecen en situaciones de estrés de la planta, provocado por problemas hídricos, por patógenos, etc. Y, si hace falta verificar datos, el muestreo del ADN permitirá corroborar o ampliar la información.
El proyecto empezó en abril 2011, cuenta con 10 millones de euros y participan 32 partners, entre holandeses y alemanes. La nota está publicada en Wageningen World, nr. 2, 2011.
